Santo Domingo de Silos tiene una vinculación directa con la historia del castellano ya que aquí se escribieron las
Glosas Silenses, otra de las primeras manifestaciones escritas en castellano.
El monasterio de Santo Domingo de Silos combina el pasado, evidente en cada uno de sus rincones, con la actividad vital de los monjes benedictinos que lo habitan. No se puede pasar por alto su claustro, una de las obras
cumbre del arte románico en la Península Ibérica. Los muros de este cenobio guardan el silencio de esta maravilla arquitectónica decorada con bellos capiteles.
En el monasterio se encuentra el afamado
ciprés al que Gerardo Diego dedicó sus versos; la botica, que conserva los anaqueles, con sus maravillosos tarros para las pócimas y, como colofón hay que resaltar los
cantos gregorianos de los monjes de Silos, que han dado la vuelta al mundo y que pueden ser escuchados por los visitantes.
[ MONASTERIO DE SANTO DOMINGO DE SILOS ] |
[ CLAUSTRO DE SILOS ] |
[ BOTICA ] |
[ CANTOS GREGORIANOS ] |
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